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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINLa cirugía de pómulos ofrece muchas ventajas a aquellas personas que presentan los pómulos caídos o el rostro plano; entre sus principales beneficios es conseguir mejorar el equilibrio del rostro, así como el contorno facial. También contribuye a mejorar nuestra imagen física, consiguiendo un perfil mucho más estilizado y atractivo.
Hoy en día, el aumento de pómulos es una de las técnicas más demandadas en los tratamientos de belleza para eliminar el pronunciamiento de los huesos de la cara y combatir la pérdida de tejido adiposo producida por el paso del tiempo y la lipodistrofia. Obviamente, en términos generales, podríamos decir que con este tratamiento se remodelan las facciones del rostro, se realza el aspecto de las mejillas y se combaten muchos de los signos del envejecimiento, sea natural o prematuro.
Como ocurre con otros procedimientos estéticos, existe la posibilidad de aumentar el tamaño de los pómulos mediante lipofilling o lipoestructura, una técnica en la que se infiltra la propia grasa del paciente para conseguir ese incremento de volumen deseado en las mejillas.
Y por otro lado, están los implantes o prótesis faciales. Se trata de una cirugía sencilla que no suele durar más de 45 minutos en la que los implantes son colocados a través de incisiones realizadas dentro del labio superior o del párpado inferior.
Como comentábamos al comienzo, los principales beneficios de esta intervención son:
- Mejora el aspecto general del rostro al combatir el envejecimiento.
- Disminuye la presencia de arrugas en el rostro.
- Evita la sensación de hundimiento que produce el pronunciamiento de los huesos de la cara como consecuencia de la pérdida de tejidos y del propio envejecimiento del rostro.
- Eleva y realza las facciones, haciendo que la cara luzca más bonita y armónica. Repercute en la mirada y en la sonrisa, principalmente.
- Mejora la autoestima y percepción que el paciente tiene de sí mismo.
El post operatorio de esta intervención resulta muy sencillo. Primero se aplica un vendaje orientado a evitar roces, minimizar el malestar y reducir la hinchazón.
Será cuestión de cuatro o cinco días que el paciente esté recuperado de los efectos más representativos, salvo que este procedimiento se haya llevado a cabo junto con otras intervenciones faciales, en cuyo caso, la recuperación puede ser más lenta.
Podremos apreciar resultados desde el primer día, aunque hasta que pase el primer mes podrían no ser definitivos. Esto es debido a que es posible que la zona se presente más hinchada de lo normal al principio, pero irá volviendo a la forma en la que debe estar en los primeros días.
La cirugía de pómulos supone un tipo de intervención que suele dejar satisfecho al paciente o a la paciente que se somete a ella; como resulta muy visible consigue rejuvenecer la expresión de inmediato.
Eso si, se debe elegir siempre a un cirujano plástico reconocido en el que se pueda confiar.
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