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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINEl mewing nació en 2012, cuando el ortodoncista Mike Mew, de donde procede el término que da nombre a esta nueva técnica, comenzó a difundir los supuestos beneficios que aporta, entre ellos respirar mejor, aliviar el dolor en los músculos de la mandíbula, contribuir a redefinir nuestra forma maxilar y alinear el maxilar superior con el inferior.
El Dr. Mike Mew es un médico odontólogo y cirujano facial que lleva años aplicando los métodos de la Ortotropía, término acuñado por su padre, John Mew. La Ortotropía se fundamenta en que el crecimiento facial natural se logra mediante ejercicios de fortalecimiento muscular y mejora de la postura. Este sistema descarta las ortodoncias y sugiere que los aspectos funcionales del crecimiento de la mandíbula tienen un papel en la corrección de los dientes y, además, evidencia la conexión entre los dientes torcidos, la lactancia materna, la respiración bucal y la apnea del sueño.
Su idea central es que la postura oral, incluidas la colocación de la lengua y la masticación con los labios cerrados, son la clave para cambiar la estructura de la mandíbula. De la Ortotropía surge el mewing, el método que se ha hecho viral para cambiar la forma del óvalo facial cuyos mandamientos son sólo tres: mantener la boca cerrada, colocar bien la lengua y masticar mucho y bien.
- Paso 1 – Lo primero que debes hacer es juntar tus labios y que la boca permanezca cerrada en todo momento. Esta parte es clave para que el Mewing funcione.
- Paso 2 – Con la boca cerrada, debes alinear tu dentadura, dejando los dientes de arriba y de abajo en línea.
- Paso 3 – A continuación, eleva la lengua y pégala al paladar en toda su extensión. Es decir, lo que puedas desde la punta de la lengua a la zona trasera que llegues a elevar.
- Paso 4 – Como referencia, la punta de tu lengua debe estar pegada a los incisivos, mientras que el resto de la lengua debe estar pegada al paladar en la medida de lo posible.
- Paso 5 - Masticar mucho, masticar bien (preferentemente con los molares) y sólo cuando se haya conseguido hacer una papilla con la comida, tragártela, pero siempre con la boca cerrada. También se aconseja fortalecer los maseteros comiendo chicle. Otra opción es hacer una bola con él y aplastarla con fuerza con la lengua contra el paladar hasta dejarlo completamente plano.
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