Así lo ha indicado en declaraciones a Europa Press su presidente, Alejandro Lebrón, quien ha señalado que «después de tanto tiempo, poder volver es positivo», pero «necesitamos tener los protocolos de seguridad e higiene que tiene que dar el Ministerio y que aún no tenemos», precisa.

Además, Lebrón explica que espera que los proveedores «tengan todo lo necesario a nuestra disposición, y aún no sabemos si lo van a tener, y que los precios sean coherentes», porque «estamos notando muchos oportunistas que están vendiendo algunas cosas a precios de oro y no estamos para hacer muchas inversiones».

«Después de tanto tiempo cerrados estamos deseando volver porque la economía ya está es una situación muy precaria, pero queremos hacerlo con cierta seguridad y con coherencia», insiste el presidente de APES, que puntualiza que en el caso de este sector «no puede existir la distancia» entre cliente y profesional y «tendrán que ser más exigentes por la proximidad».

En este sentido, señala que «ahora, previsiblemente, no se podrán tener tantos clientes por cada profesional, por lo que facturaremos menos o tendremos que ampliar horarios y turnos de trabajo, pero esto también está por ver», afirma.

«Nuestro sector ya venía renqueante desde la subida del IVA en 2012, la competencia desleal, la proliferación de peluquerías ‘low cost’; veníamos con una salud delicada y ahora esto puede ser la puntilla para muchas peluquerías», concluye el presidente de APES.

De todas formas el Gobierno andaluz establece ciertas condiciones que deben cumplir tanto el personal como los locales donde se ejerza la actividad de peluquería y centros de estética.

Así, entre los requisitos están que los trabajadores se sometan a un reconocimiento médico «previo al reingreso» en su puesto de trabajo. Además, el peluquero debe recibir una formación específica sobre «higiene y prevención de posibles contagios por coronavirus».

Por otro lado, las peluquerías y centros de estética no podrán tener el aforo completo, para lo que desde la Junta se recomienda que se recurra a la cita previa. «Tanto el profesional como el cliente deben usar protección adecuada», indica el documento que ha enviado la Junta al Gobierno central. Eso implica que ambos deberán llevar mascarilla y el peluquero, además, una pantalla facial protectora.

Además, en la puerta de entrada de la peluquería o salón de belleza deberá haber gel hidroalcohólico para que los clientes se desinfecten las manos a la entrada y la salida. Y solo se usarán guantes parta las sesiones específicas de peluquería, aunque, aun en estos casos, se deberá lavar luego las manos.

La Junta indica que se «usará preferentemente material de un solo uso». Si esto no es posible, «se extremarán las medidas higiénicas de los utensilios»